jueves, 7 de julio de 2005

Trabajo de Investigación Histórica: “Masacre, denuncias y asesinato”.

Introducción
El 23 de mayo de 1916 se fugaron más de cien presos armados de la Unidad Penal número 9 de Neuquén. En su intento de cruzar la cordillera, los reclusos fueron atrapados en distintos puntos del interior de la provincia (en aquel entonces “Territorio Nacional”) de Neuquén. Los últimos 16 presos fueron capturados en Sainuco (a 78 Km. de Zapala ) y los dividieron en dos grupos de ocho. Dos miembros de uno de esos grupos lograron rearmarse, por lo que la policía mató a los ocho reclusos . En total, entre evadidos, vecinos y policías, en aquellos sucesos murieron 20 personas .

Abel Chaneton fue juez de paz en Chos Malal y Las Lajas, en Neuquén fue concejal e intendente electo en 1911 y 1913. En su oficio de periodista, dirigía el diario Neuquén. Desde allí criticó el estado de la cárcel y el trato hacia los presos. Tras la masacre de Sainuco, denunció una desmedida represión policial y criticó al gobernador Eduardo Elordi y su entorno. Buenos Aires mediante los diarios nacionales La Nación (del cual Chaneton era corresponsal) y La Razón, ya se hacía eco del escándalo de la masacre. Horas antes de realizar un viaje para entrevistarse con el Presidente de la Nación Hipólito Yrigoyen, Chaneton es asesinado en una presunta emboscada el 18 de enero de 1917, provocando más repercusión nacional.

La cercanía de dicha reunión de Chaneton con Yrigoyen, con el difuso asesinato del periodista, levanta sospechas de un estratégico plan para evitar un posible esclarecimiento de la masacre que terminaría deteriorando la imagen del gobernador de Neuquén. Ya que en este encuentro, Chaneton iba a denunciar el negligente accionar de la policía y la negación del Gobierno de Neuquén a investigar .

Tras una investigación del Ministro del Interior Ramón Gómez no hubo castigos para los responsables de la masacre de Sainuco, ni por el asesinato de Abel Chaneton. Se confeccionó una historia oficial muy criticada por la familia del ex intendente .

Desarrollo
Los territorios nacionales eran entidades jurídicas que fueron creadas mediante la ley 1532 el 16 de Octubre de 1884. La administración de Neuquén se instaló en un espacio territorial fronterizo que contaba con asentamientos poblacionales dispersos, y estructurada en cinco departamentos que con el correr de los años fueron aumentando en su número, hasta finalmente dividir a la provincia en 16 departamentos en el año 1915.

Un cuerpo político que respondía a las peticiones del Estado Nacional se encargaba del nombramiento de las autoridades. La autoridad máxima era el gobernador justamente nombrado por el poder ejecutivo nacional .

En el año 1903 comienza a dar vueltas en la cabeza del por aquel entonces gobernador Bouquet Roldan, de trasladar la capital de la provincia desde Chos Malal hacia la confluencia de los ríos Neuquén y Limay, y por consiguiente trasladar también el Juzgado Letrado y la Cárcel. En efecto el 25 de Julio de 1904 se autorizó dicho traslado . Prisión Regional del sur, U9, sería el nombre de la cárcel ahora instalada en la nueva capital, construida en el año 1911 .

La unidad 9 no tenía ni alambrados, y esto sumado a otros factores como el hacinamiento en el que vivían los presos allí alojados, la falta de alimentos, la cercanía con la frontera, fueron los detonantes suficientes para lo que luego sería uno de los acontecimientos mas recordados aún en nuestra actualidad, la evasión de presos de la U9 .

La masacre de Sainuco
El 23 de mayo de 1916 se dio la fuga de presos de la Unidad 9, suceso que en su época conmovió a Neuquén y que repercutió en todo el país por medio de diarios como La Nación y La Razón.

En la región fue Abel Chaneton mediante su diario Neuquén quien denunciaba el estado en el que se encontraban los reclusos, un estado de hacinamiento que se incrementó en mayor medida luego de la llegada de un grupo de treinta y cinco procesados responsables de graves delitos y con largas condenas, procedentes del territorio de La Pampa. Elordi había propuesto que en la U9 podían alojarse treinta presos mas, y pidió colchones y mantas para ese número de detenidos en caso de que los enviaran. Por ello, el 4 de mayo de 1916 el Ministro de Justicia dispuso que allí se alojaran treinta y cinco reclusos .

Resultaba cada vez más difícil mantener el orden en la cárcel, el espacio era reducido con relación al número de presos, los guardias se encontraban en condiciones de inferioridad, y era deficiente en general el estado del edificio. Estos eran condicionantes suficientes para tomar una serie de medidas que implementaran el orden y la disciplina en la U9 . Las disposiciones no fueron adoptadas en su debido momento, lo que produjo luego la definitiva evasión de los presos, que tomaron aún mayor fuerza cuando aprovechando la desorganización de la guardia logrando armarse tomando armas del armero que durante la mañana del 23 de mayo de 1916 se encontraba libre de vigilancia. De los ciento sesenta penados, ciento trece se sumaron a la fuga .

Durante la fuga, los amotinados terminaron con la vida de algunos de los guardias y se hicieron dueños del control del establecimiento, que además no contaba en ese momento con ningún empleado de jerarquía capaz de tomar decisiones que le pusieran fin a la situación. Ni el Director, ni el subdirector, ni el jefe de guardia estaban en la cárcel, lo que facilitó enormemente concretar los planes de los sublevados .

Todos los acontecimientos que tuvieron lugar el día 23 de mayo en la U9 fueron comunicados al gobernador Eduardo Elordi por medio de una carta enviada por el propio director de la cárcel, el señor Rafael E. Castilla, en la que responsabiliza directamente al procesado Adolfo L. D´Achary, seguido de: Daniel M. Bresler, Sixto Ruiz Díaz, Pedro Mangulone, Juan Herrera, Cantalicio Soto, Angel Gossela, Desiderio Guzmán, y Francisco Cerda, de encabezar la fuga y de ser el principal ideólogo . Más tarde y ya fuera del establecimiento Adolfo L. D´Achary se dirigiría al domicilio de Elordi con el fin de entregarse y le manifiesta al mandatario que se había adherido al movimiento para salvar su vida .

En esta carta el Director de la U9 también le comunica a Elordi que son 31 el número de prófugos, y le recuerda que con anterioridad ya había solicitado mejoras en el establecimiento para garantizar el buen funcionamiento de la cárcel, anticipándose de algún modo a los acontecimientos.

Tras la entrega de D´Achary, fue Bresler quien se pone a la cabeza del grupo y quien se dirige a la Jefatura de Policía con intenciones de apoderarse de su armamento pero principalmente de su caballada y monturas, necesarias para la fuga. Tras un fuerte tiroteo con los defensores de la Jefatura los evadidos se retiraron obteniendo solo algunas carabinas.

La columna de prófugos se encaminó hacia el oeste, dejando a lo largo del recorrido saqueos y hechos de sangre como fue el asesinato del ingeniero Adolfo Plottier con un tiro en la nuca provocado por Bresler, y más tarde el crimen de un joven de 18 años, aparentemente cometido por Bresler , por negarse a continuar con la fuga .

El recorrido iniciado por los evadidos siguió por el camino de la costa del Río Limay, rumbo a Picún Leufú, dirigiéndose después a la frontera con Chile. El número de prófugos era a cada momento más chico, ya que muchos se acercaban a asentamientos más poblados donde se entregaban a las fuerzas policiales y a comisiones de vecinos armados, organizados y prevenidos por Elordi .

Bresler, que tenia su residencia al sur de San Martín de los Andes, decidió apartarse del grueso del grupo a la altura del departamento de Catan Lil, en tanto que el resto continuó hasta Aluminé, lugar en el que se capturarían a los últimos y morirían la mitad en la cordillera de Sainuco luego de un confuso enfrentamiento con las fuerzas policiales . Tras la caída de Sixto Ruiz Días los 16 restantes se entregaron, de los cuales 8 fueron fusilados.

El asesinato de Abel Chaneton
El jefe de policía Eduardo Talero le pidió al gobernador Eduardo Elordi que realice una investigación, e inculpe al funcionario Caprara. Sin embargo Elordi rechazó la propuesta y relevó a Talero de su cargo, por el comisario Adalberto Staub responsable de ordenar la matanza de Sainuco . Eduardo Talero se unió a Abel Chaneton y también pidió justicia desde el diario Neuquén .

Al ser el diario Neuquén el único medio periodístico que la población neuquina recibía, los artículos injuriosos del director del diario (y ex intendente) en protesta por la masacre de Sainuco y el accionar del gobernador, se convirtieron en una amenaza al poder de Elordi. Le retiraron la publicidad oficial al diario Neuquén, y Chaneton comenzó a recibir amenazas anónimas . Luego nace el periódico (no era un diario) El Regional, que se imprimía en la ciudad de Allen. El comisario Staub contrata al director del diario El Mentor de Choele Choel Gerardo Palacios (que no era periodista), y empiezan a publicar artículos contra Chaneton, al punto que el director de Neuquén los toma como insultos . En diciembre de 1916 René Bunster, ex colaborador de Neuquén, se suma a El Regional y también enfrenta a Chaneton .

En resumen, el diario Neuquén pedía que sean juzgados Staub por dar la orden de la matanza, Juan Francisco Blanco por acatar la orden y ser el autor material de la masacre, y Elordi porque sabía exactamente todo lo que había sucedido en Sainuco . Al negar la investigación, y nombrar a Staub como jefe de policía, empezó Chaneton a programar su visita a Buenos Aires para denunciar los hechos ante el Ministro del Interior. El hecho causó malestar en muchos sectores que no querían que las denuncias de Chaneton trasciendan a nivel nacional .

Horas antes de viajar a Buenos Aires para entrevistarse con el ministro o el Presidente de la Nación, Abel Chaneton fue al Teatro (actual Cine Teatro Español) con su esposa. Su amigo y periodista del diario Neuquén, Cesáreo Fernández, le informa que en el bar del bajo neuquino “La Alegría”, cercano al Teatro , se encontraban los periodistas de El Regional Palacios y Bunster . Abel Chaneton se dirige hacia “La Alegría”, a pesar que Fernández le pedía que no lo haga . Pero de cualquier manera llegó al bar y se tiroteó con los periodistas del periódico allense. Palacios muere en el bar producto del tiroteo.

Pero como Chaneton habría amenazado públicamente que le daría “azotes” a Bunster y Palacios, estos habían contratado como seguridad al sargento Luna, involucrado en la masacre de Sainuco, y el gendarme Blanco , el autor material de la masacre . Cuando Abel Chaneton salía del local lo mata Luna de un disparo. El sargento estaba escondido en un pasaje esperando al periodista de Neuquén . La historia oficial también acusa del asesinato a Luna, pero dice que a Chaneton lo encuentran muerto en un pasillo lateral del bar, y a Luna le descargan el arma con testigos por pedido del comisario Soria, y comprueban que no había disparado . La familia de Abel Chaneton denunció tal contradicción e impunidad ante el presidente de la Nación Hipólito Yrigoyen.

Yrigoyen y el Ministro del Interior Ramón Gómez pusieron la investigación de la masacre de Sainuco y la muerte de Abel Chaneton a cargo del Director de Territorios Nacionales Dr. Ruiz Moreno, pero fue separado de la investigación porque la familia de Chaneton lo rechazó, alegando que tenía cierta complicidad con el gobernador Elordi en los sucesos de Sainuco. Por lo tanto a Neuquén se dirigió en persona Ramón Gómez.

El Ministro del Interior calificó de deficiente y reducida la actuación policial durante los sucesos que terminaron en la muerte de Abel Chaneton. Como así también consideró que la fuga de presos fue facilitada por la deficiencia del personal, y que fue una “falta grave” de la policía el permitir la fuga de presos en Sainuco y emplear luego un excesivo medio de represión para evitarla .

Sin embargo la familia de Abel Chaneton considera que el Ministro del Interior Ramón Gómez no tomó en cuenta las declaraciones de la esposa de la víctima Amalia Gómez Salazar , por el contrario en los escritos sólo apareció la versión de los hechos de Elordi, Staub y los implicados en la masacre de Sainuco y en los confusos episodios de la noche del 18 de enero de 1917 .

En febrero de 1917, el Ministro Gómez le pidió por telegrama a Yrigoyen que los penados de La Pampa que estaban en Neuquén regresen a su cárcel de origen . Además fueron procesados Adalberto Staub y todos los policías actuantes en Sainuco, pero en junio de 1918, el Juez Federal de Bahía Blanca sobreseyó a Staub y a todos sus colaboradores.

En el mismo juicio, René Bunster confesó ser el autor del asesinato del Abel Chaneton, pero se le reconoció hacerlo en defensa propia . La familia de Chaneton no quedó conforme con ese fallo, considera que al director de Neuquén le prepararon una emboscada y lo mandaron a Bunster a confesar ser el autor, porque después le reconocerían la defensa propia. El entorno de Chaneton culpa al sargento Luna como autor material del asesinato, ordenado intelectualmente por Staub y pretendido por el gobernador Elordi .

Conclusión
Como hemos visto a lo largo del desarrollo, Abel Chaneton estaba implicado con la situación de la cárcel y los presos, previo a los acontecimientos que llegaron a ser de trascendencia nacional. Por medio del diario Neuquén mantenía al tanto a la población regional de la verdadera situación de la cárcel. Abel Chaneton era el único que atentaba contra el consenso popular con el que contaba Elordi, ya debilitado luego de los sucesos de Sainuco. Ese consenso popular Elordi y Chaneton lo habían logrado juntos, cuando diagramaron el crecimiento de la ciudad de Neuquén .

La inminente reunión de Chaneton con el Presidente de la Nación, y con el Ministro del Interior, acabaría por manchar la reputación del gobernador de Neuquén, ya que el poder ejecutivo era quien articulaba el accionar de los territorios nacionales. Por lo tanto Yrigoyen podría destituir a Elordi de su cargo.

Ya desde la creación del periódico El Regional, Elordi y Staub intentan contrarrestar la influencia de Neuquén sobre la población. Los artículos injuriosos de los redactores de El Regional Palacios y Bunster contra Abel Chaneton provocaban la reacción del periodista. El hecho que estas dos personas esperen a Chaneton en un bar cercano a donde él se encontraba, justo días antes de su reunión con el poder ejecutivo, son indicios de que Elordi, Staub y los periodistas armaron una perfecta emboscada para imposibilitar dicho encuentro.

Aunque el periodismo nacional denunció tal acusación , la emboscada no llegó a demostrarse, pero a través de la historia oficial, tampoco hubo culpables por la masacre de Sainuco ni por el asesinato. Por lo que la familia de Chaneton supone que la historia oficial fue manipulada en esa época para cuidar la imagen del gobernador Elordi y del comisario Staub. Y afirman que los pobladores de esa época sabían que las versiones oficiales mentían .

La emboscada que termina con la vida de Abel Chaneton, no era una forma original de demostrar poder. Solo por cuestiones periodísticas, hubo dos casos más de conmoción popular. Martín Etcheluz era cuñado de Abel Chaneton , dirigía el diario La Voz del Territorio en Zapala, y fue asesinado en la década de 1940 tras ganar la elección municipal de dicha ciudad. Diez años después del asesinato de Abel Chaneton, Eulogio Erburu, el director del diario La Causa, fue asesinado en Río Colorado por Juan de Dios Pradera, director del diario El Popular . Y hubo más asesinatos impunes relacionados con el poder .

A través de dicha historia oficial, en la actualidad al gobernador Elordi, al intendente Chaneton y al comisario Staub se los considera personajes ilustres de la historia neuquina. Al punto que Elordi y Chaneton le dan nombre a calles céntricas de la capital provincial, y por muchos años la escuela de policía se llamó Adalberto Staub .

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Sebastián Sánchez - Ezequiel Zavalla.