lunes, 7 de noviembre de 2005

Los celulares manejan a una generación

  • Los teléfonos móviles explotaron en el mercado, al mismo tiempo se convirtieron en un problema difícil de solucionar.
  • La ventaja de los padres que están al tanto de sus hijos, se contrapone con la principal desventaja: la adicción y sus consecuencias.
En los colectivos, en las colas de taxi, en los recreos de las escuelas, en cualquier lugar es detectable un joven concentrado en las teclas y la pantalla de su teléfono. Ya no hay límite de edad, la vida de los adolescentes está cada vez mas condicionada y dependiente de los celulares. Los docentes se desesperan y alertan sobre el problema, mientras los padres ceden ante la posibilidad de estar al tanto de las actividades de sus hijos. ¿Qué puede pasar en la adultez con los actuales adolescentes sometidos a los teléfonos?.

Es relativamente reciente la aparición de los celulares en Argentina, y por ello no hay experiencia que indique posibles consecuencias a largo plazo, pero en Europa existe un grave problema en la adultez. Se dieron a conocer casos de personas que sólo se comunicaban mediante mensajes de texto, incluso cuando cenaban juntos. También existen situaciones intensas, como gastos de 8 mil euros mensuales sólo en mensajes de texto.

Es incomprobable saber si en Neuquén pueden suceder casos similares en el futuro, hoy por hoy existen dos graves problemas inmediatos que tal vez puedan derivar en los casos europeos. La degradación del idioma, y por ende de la capacidad de pensamiento, que pueden generar los mensajes de texto en los adolescentes. Y el status social y la competencia que pueden generar el costo y la tecnología ilimitada de los teléfonos. Ambos problemas rodean al de la adicción de los adolescentes a los celulares, que derivan en una disminución del rendimiento escolar e interacción social en la esfera pública.

La peligrosa jerga de los mensajes de texto
A nivel nacional, la consultora Prince & Cook indicó que en la Argentina se envía un promedio de 66 millones de mensajes de texto por día desde 17 millones de líneas de celular, y que el segmento que más usa el servicio es el de los menores de 25 años. Mientras que una encuesta del Estudio General de Medios de la consultora IPSOS Media, remarcó que los jóvenes de 15 a 19 años, que cuentan con un teléfono celular, utilizan los mensajes de texto para comunicarse, el 86% de las veces. El silencio del mensaje de texto, que no puede ser intervenido por los padres ni los docentes, y por sobre todas las cosas el costo barato de cada envío, hizo de los mensajes de texto la forma predilecta de los adolescentes para comunicarse, ya sea con el fin de organizar salidas, saludos de cariño, recordatorios, bromas, etc.

A nivel regional, un empleado de la central de Movistar en Neuquén, confirma sin poder precisar estadísticas, que visiblemente cada vez son mas los padres que acuden con sus hijos para adquirirán teléfono o una línea. Además de los menores de edad que se acercan a hacer consultas o a pagar la factura.

Pero si el mensaje de texto es barato y útil, ¿por qué puede ser peligroso para el adolescente?. El nombre real que las compañías le dan a los mensajes es “Servicio de Mensaje Corto”, de la sigla SMS (Short Message Service). Las compañías permiten alrededor de 150 caracteres como máximo por mensaje, las que permiten superar el límite, duplican el precio del mismo. Eso, y la dificultad de escribir con los teclados de los celulares, desarrolló en los jóvenes la capacidad de abreviar palabras y frases en pocas letras, números y signos.

En la escuela primaria N°2 de Neuquén, desde hace mas de diez años implementan talleres de lectura y estrategias para acercar a los alumnos a la biblioteca de la escuela. El objetivo de los docentes del establecimiento en un principio fue alejar a los chicos de la televisión y acercarlos a los libros, porque “la lectura de libros enriquece el vocabulario y la capacidad de pensamiento de los chicos” afirma una ex docente de la Escuela N°2. Si la televisión era enemiga de los libros, la degradación del idioma provocada por los SMS puede ser una aliada que termine de vencer, o reducir a la mínima expresión la cultura del libro.

En ocasiones, el adulto de hoy es incapaz de decodificar la comunicación de sus hijos por medio de los mensajes de texto, pero la posibilidad de los padres de controlar las andanzas de sus hijos con un simple llamado telefónico le gana la pulseada a la calidad de los SMS y las consecuencias en el desarrollo del pensamiento de sus hijos.

El problema del dinamismo de las clases que se veía interrumpido por el sonido de un teléfono, fue prácticamente solucionado ante la estricta prohibición de los celulares dentro de las aulas. En mayor o en menor medida, las escuelas de Neuquén desarrollaron diferentes reglamentaciones que van desde la inflexible prohibición de permanecer dentro del establecimiento con un teléfono prendido, hasta la condición de usarlo únicamente en los recreos. En la escuela secundaria de Neuquén EPET N° 8, los alumnos que ingresan al taller (unos doscientos por turno), son obligados a dejar el teléfono en una gran caja y retirarlo a la salida. Sin embargo un docente secundario de Roca, critica que algunos padres intentan comunicarse con sus hijos en horarios de clases, y al no ser atendidos se acercan a quejarse a los establecimientos.

Por mas prohibición que exista por parte de los directivos de las escuelas, el auge de los celulares en los adolescentes se ve reflejado en el rendimiento académico de los alumnos. Una docente de la EPET N° 8 señaló que le ha recibido evaluaciones de Biología en las que alumnos utilizan la letra “q” como abreviatura de “que”, demuestra que no siempre el adolescente puede distinguir donde empieza y termina la libertad de escribir con abreviaturas. Algunos docentes señalan que de no distinguir los límites, los adolescentes pueden en el futuro ser rechazados en un trabajo por no escribir correctamente.

A favor y en contra
El doctor en Filosofía y Letras Juan Sasturain, señaló en un seminario llevado a cabo en el 2004 en un instituto terciario de Neuquén, que el idioma es orgánico y por lo tanto sufre modificaciones. Es decir que, según el doctor, la Real Academia se debe adaptar a las nuevas formas de comunicarse, y no debe ser al revés. En síntesis, si los SMS generan nuevas palabras y significados, éstas deben ser aceptadas como válidas en el futuro.

Una opinión mas medida tiene José Antonio Millán, creador del Centro Virtual del Instituto Cervantes en Internet. Opina que las abreviaturas de los SMS y la correcta forma de escribir pueden convivir sin problemas, siempre y cuando los adolescentes mantengan el hábito de los SMS conjuntamente con la lectura de libros y revistas. De lo contrario, señala Millán, el adolescente puede desarrollar una escritura “deforme”.

Por el contrario, Pedro Luis Barcia, presidente de la Academia Argentina de Letras, cree que el lenguaje SMS representa una deformación del idioma capaz de reducir la capacidad de expresión de los adolescentes, y hasta de amenazar el desarrollo de su pensamiento crítico.

Para el especialista se trata de un factor negativo que puede empeorar una situación ya grave. "Si a la caída en la riqueza del lenguaje se le suma una reducción morfológica de las palabras se va a potenciar el empobrecimiento del idioma de los jóvenes, que está directamente asociado con el conocimiento. Tener menos herramientas en este terreno es disponer de menos saber y de menos capacidad para pensar", advierte Barcia. Que señala otro peligro, el de “la destrucción de la sintaxis”, el elemento del idioma que favorece el pensamiento lógico y el desarrollo de la capacidad crítica.

Competencia y aislamiento
El celular nació con el objetivo de agilizar el trabajo de los adultos, pero su bajo precio lo encumbró en el mercado y lo convirtió en un aparato multifunción. Hoy a través de un teléfono celular se pueden enviar y recibir e-mails, escuchar radio, mirar televisión y ver videos, entretenerse con juegos de alta tecnología, navegar por internet, filmar, transmitir datos de la red informática al teléfono o viceversa, escuchar música con sonido estéreo y en formato mp3, organizar una agenda diaria, semanal y mensual con alarmas sonoras, monitorear cámaras de seguridad conectadas a internet, sacar fotos con zoom digital y flash, enviar mensajes de texto con fotos, animaciones y audio, etc.

El conocimiento y el uso excesivo de la tecnología pueden generar adicción en niños y adolescentes, según una investigación de Francisco Gutiérrez Rodríguez, de la Universidad de Guadalajara. “El deseo de estar a la moda con los equipos de telefonía, produce necesidades ficticias entre los menores, que de no ser satisfechas, derivan en estados de depresión, tristeza, frustración” justificó el psicólogo mexicano.

En declaraciones de jóvenes de la ciudad de Neuquén, de entre 16 y 19 años, en la mayoría de los casos los adolescentes adquirieron el teléfono para comunicarse con sus amigos, y reconocen que los padres los utilizan para saber sus movimientos. Algunos jóvenes ahorraron para comprarse su teléfono, y otros se lo pidieron de regalo a sus padres.

Algunos estudios revelan que los adolescentes adquieren los celulares para ser aceptados en su entorno. En los grupos de jóvenes es común escuchar muchas melodías de diferentes calidades (monofónicas, polifónicas y en formato mp3), la mayoría de los adolescentes le cambia el tono a su teléfono una vez por semana. Algunos se divierten sacando fotos y enviándolas, pero no son muchos los que tienen esta posibilidad. Esto puede generar una competencia entre los propios adolescentes que puede derivar en peleas con los padres. Según algunos psicólogos, la tecnología de la telefonía móvil puede incidir en el status de los grupos de amigos.

Por otro lado están aquellos jóvenes que no tienen la posibilidad o el interés de comprarse un celular. Al ser el teléfono, principalmente a través de los SMS, el principal organizador de salidas, aquel joven que no tenga el teléfono puede quedarse afuera de reuniones o salidas programadas por sus amigos. Cuando hace diez años los amigos se pasaban a buscar en auto o en bicicleta para, por ejemplo, ir a tomar mate a la plaza de las banderas, hoy el horario y el lugar suele ser debatido por SMS.

Además un grupo de amigos o amigas puede estar en contacto sin necesidad de pedirle permiso a los padres de salir. De esta manera se restringen los medios de interacción social de los jóvenes que, volviendo a citar un prototipo de reunión de hace diez años, el cine o la casa de comidas rápidas eran una excusa para juntarse y divertirse, hoy se puede reducir al uso de los SMS.

Un factor que destaca Facundo Gutiérrez Rodríguez, que también le pone obstáculos al desarrollo de las habilidades sociales del adolescente, se produce cuando los medios de comunicación invitan al joven a enviar un mensaje para recibir en su celular información de espectáculos, consejos para atraer a la pareja, horóscopos, noticias, etc. Si bien en Neuquén no existen medios que brinden tales servicios a los celulares, suelen utilizarse los medios de comunicación de Buenos Aires, o los principales sitios de internet.

El principal peligro de las tecnologías en los celulares existe en la oferta tan tentadora como prohibida de sacar fotos en baños, vestuarios y gimnasios. Ya que fotos obscenas sacadas secretamente con teléfonos circulan en cadenas de mails. En la región circulan fotos sacadas en el principal boliche bailable de Cipolletti, donde se las ingenian para fotografiar a chicas jóvenes con polleras, desde perfiles estratégicos para luego mostrarlas en internet. Existe peligro también en el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén, donde está prohibido tomar fotografías, a través de los teléfonos se puede violar con mayor facilidad tal prohibición.

Además, mientras mayor es la cantidad de información personal que está almacenada en los teléfonos, éstos se convierten en un mayor atractivo para los ladrones, que ven esa información mucho más valiosa que el teléfono en sí.

Las asociaciones del teléfono celular con el prestigio, el status, la vida social y el lenguaje de los adolescentes son los síntomas de la adicción a los celulares. Pero el indicio mas grave es el déficit de atención y motivación a los asuntos escolares. Ante la pasividad de los padres que por fin encontraron la forma estar al tanto de las actividades de sus hijos, no muchos hablan con ellos sobre los riesgos y los límites del teléfono. Los docentes recomiendan que los alumnos no asistan a las escuelas con los celulares. Los psicólogos opinan que los padres deberían hablar sobre los riesgos, los límites y la regulación del uso. El objetivo de todas las opiniones y las posturas es el mismo, que los adolescentes manejen los celulares, y no los celulares a los adolescentes.

Sebastián Sánchez.

Educación Sexual Obligatoria: El debate no termina, los embarazos y las enfermedades tampoco

  • Los ciudadanos estiman que la educación sexual en las escuelas disminuiría los embarazos no deseados, las enfermedades, y favorecería el desarrollo saludable de las personas.
  • La Iglesia es el único sector que se opone rotundamente, y propone que los padres tienen el deber y el derecho de ser los primeros y principales educadores de sus hijos.
El debate sobre la educación sexual se instaló a través de la aprobación de un proyecto de ley que establece la educación sexual obligatoria en todas las escuelas públicas y privadas del país, con el apoyo de padres y docentes. Y en el Congreso ya debaten sobre una potencial Ley nacional que actualmente sólo tienen algunas provincias, como Neuquén y Santa Fe. Sin embargo la Conferencia Episcopal Argentina mantiene una postura dura e inflexible, y presiona para que la educación sexual obligatoria no se transforme en Ley.

Según una consulta masiva que llevó a cabo la encuestadora Enrique Puceiro en las ciudades mas pobladas del país, la mayoría de los habitantes apoyan el “Programa de salud sexual y procreación responsable”. Cifras superiores del 75 por ciento de los encuestados demostraron que para la gente la educación sexual debería ser un tema primordial y prioritario, porque disminuiría los embarazos no deseados, favorecería el desarrollo saludable de las personas, y no provocaría la pérdida de los valores morales. Además el 91,9 por ciento de los encuestados afirmó que se debería hablar en las escuelas sobre los métodos anticonceptivos, uno de los principales rechazos de la Iglesia católica.

Tras la apertura del debate y los resultados de la encuesta, la educación sexual obligatoria tiende a ser uno de los pocos temas con opiniones prácticamente unánimes. Pero la Iglesia contrarrestó el proyecto de Ley. Antes de las elecciones del 23 de octubre, la Conferencia Episcopal Argentina le exigió a los diputados y senadores que llegarán al Congreso el 10 de diciembre a ser “consecuentes con sus propuestas preelectorales, rechazando las leyes que atenten contra la familia y la juventud”, entre ellas, según consideran, la de educación sexual.

El “Programa de salud sexual y procreación responsable” tiene por objetivo hacer una Ley que se desempeñe en todo el país, pero algunas provincias ya implementaron sus propias versiones. En Neuquén, a través de la Ley 2222, las escuelas primarias están autorizadas a ofrecer educación sexual a los menores de hasta 15 años de edad, desde preescolar hasta séptimo grado. La directora de la escuela primaria N°2, señaló que en su establecimiento los docentes hablan con los alumnos, especialmente en el segundo ciclo, cuando surgen las preguntas que los chicos no se animan a hacerle a sus padres. La directora agregó “desde preescolar se le ayuda a los alumnos a conocer su cuerpo, por una cuestión de higiene y cuidado preventivo, y nunca tuvimos problemas mayores con los alumnos ni con los padres”.

Con respecto a la manera de brindar la información en las aulas y aclarar las dudas, la directora de la Escuela N°2 pidió ayuda teórica al Consejo Provincial de Educación, a médicos y hasta organizaron talleres, siempre con previa autorización de los padres y las limitaciones que ellos indiquen. “Yo no se qué hacen las otras escuelas, sólo se lo que pasa en la mía, y no se tampoco cuál es la postura de la Iglesia, pero sí conozco bien las leyes, como la 2222” añadió la directora.

En pocas provincias existe una ley semejante. En Santa Fe por ejemplo, fueron dictadas hace doce años dos leyes que obligan a brindar educación sexual en las escuelas de toda la provincia, sin embargo la sexualidad es un tema tabú dentro de las aulas. No en los papeles oficiales ni en la vida real de los alumnos, pero sí en la programación de contenidos específicos y en la capacitación de los docentes, que aún no recibieron ninguna directiva sobre el tema.

En la Escuela N°2 de Neuquén, el cuerpo docente no niega nunca hablar sobre cuestiones sexuales cuando surgen inquietudes en los alumnos, una docente señaló que es generalmente en el segundo ciclo, cuando los chicos notan cambios en su cuerpo, que surgen las preguntas. Pero la directora aclaró que los contenidos sobre reproducción de los animales, las plantas y las personas se dan en el tercer ciclo en Ciencias Naturales. “Siempre hacemos un buzón para que los chicos hagan preguntas anónimas, y surgen muchísimas, que no se animan a hacerle a sus padres” concluyó.

Por su parte, una persona allegada al obispado de Neuquén sostuvo que la postura de la Iglesia no es contra la educación sexual, sino con la forma en que se dicta, “en las escuelas no hacen hincapié en el amor conyugal, sino que les dicen que usen forro y nada mas” reprendió.

En el libro “Sexualidad humana: verdad y significado” de la Conferencia Episcopal Argentina, que el obispado de Neuquén utiliza para ofrecer la postura de la Iglesia en materia de sexo, el profesor de teología moral Adolfo Castañeda sostiene que “el contexto de una clase no es el ámbito adecuado para tan delicada materia, que por su intimidad y fragilidad, debe ser reservada a la familia, debido a que la relación entre padres e hijos, constituye, por designio de Dios, el único ámbito moral y sociológicamente adecuado para tan delicada formación. Los padres son los que mejor conocen las necesidades personales de sus hijos, así como el modo y momento adecuados para responder a sus preguntas o adelantarse a las situaciones”.

Justamente la comisión “Padres de familia” bloqueó el proyecto de Ley de educación sexual obligatoria en el Congreso nacional, y junto a los obispos proponen "un amplio debate previo" para demorar la aprobación del proyecto, que perderá estado parlamentario cuanto mas tiempo esté en discusión.

Contrariamente a tal postura, Francisco Galeano, doctor en medicina y master en Salud, opinó en un diario regional la posición de la Iglesia no coopera con la problemática del país, y provoca mas retrocesos que adelantos. Galeano agregó que “la Iglesia ni siquiera entiende que los que están en contra de la educación sexual, están en contra de los embarazos no deseados, ya que el 62 por ciento de los menores de 20 años reconocen que no utilizan método anticonceptivo alguno, y el 14 por ciento de los menores de 14 años ya iniciados sexualmente, no conoce prevenciones”.

Según la posición de la Iglesia y su ímpetu porque no perdure el proyecto de Ley, la discusión sobre la educación sexual obligatoria tardará meses en sancionarse, si es que finalmente se sanciona. El debate seguirá por tiempo indeterminado ocupando páginas de diarios y horas de radio y televisión. Mientras tanto, chicas adolescentes seguirán teniendo hijos que rara vez podrán ser mantenidos, y lo que es peor, las enfermedades de transmisión sexual seguirán degradando vidas humanas.

Opinión
El devaluado poder de la Iglesia
En la Edad Media el hombre pasaba su vida en torno a la Iglesia, ya que por su concepción teocéntrica del mundo, eso le aseguraba el paraíso y la felicidad eterna. Hasta aceptaba sufrimientos y sacrificios en su vida carnal con tal de conseguir el objetivo celestial.

No existía otra forma de aprender y ser culto que no sea por medio de la Iglesia, porque la misma tenía el poder de la sabiduría y el conocimiento, y la obligación de delegarlo a los pueblos. Y perseguía a los “herejes” que proponían enseñanzas alternativas a los conocimientos de la Iglesia.

En el siglo XVI, ya en el proceso de traspaso de la Edad Media a la Edad Moderna, Lutero “robó” una Biblia (en ese entonces reservada rigurosamente para los sacerdotes) y publicó otra interpretación de sus contenidos. Así provocó una profunda crisis del cristianismo.

Desde entonces, durante cuatro siglos, la Iglesia fue perdiendo su poder gradualmente, no en sus creencias, sino como institución social y actor político. Y mientras hizo todo lo posible para sostener sus principios básicos -en el siglo XX ya casi todos criticados-, buscó conseguir aceptación pública por medio de arrepentimientos de errores cometidos siglos atrás, como por ejemplo, las persecuciones a los “herejes”.

Hoy por hoy, su postura respecto de la educación sexual obligatoria, tan rígida como contradictoria y falta de fundamentos, se contrapone con la realidad, por lo menos de nuestro país. Ya que tal realidad tiene como prioridad terminar con las drogas y los infinitos vicios de los jóvenes, que son mas peligrosos que las relaciones sexuales que se pueden solucionar, por el momento, con un simple preservativo.

Evitar embarazos indeseados y enfermedades terminales como el SIDA al menor plazo posible parece no ser analizado por la Iglesia. Al defender sus posturas medievales, la Iglesia no hace otra cosa que contradecir sus posturas actuales en cuanto a problemas sociales. ¿Será que no quiere seguir perdiendo poder?, ¿dentro de dos o tres siglos la Iglesia se arrepentirá de su actual censura a la educación sexual?.

Sebastián Sánchez.