viernes, 27 de noviembre de 2015

"Ese pibe no sirve", fábula

Así se ve desde afuera. Foto: Agustín Peralta.
Platea y popular abarrotadas de gente observan un partido parejo, y cada tanto suena la sentencia a un jugador de la cantera albinegra por un pase desacertado, un cuerpo a cuepo perdido, o una definición a los pies del arquero: "Ese pibe no sirve".

lunes, 23 de noviembre de 2015

Nahiara

Ahi estaba mi chiquitita. Acostada boca abajo con la carita mirando a su derecha. Di la vuelta por la camilla sin dejar se mirarla. Pase a su izquierda, cuando llegué al tope de la camilla le miré los pies, lo único que había llegado a ver cuando nació mientras yo trataba de darle todas mis fuerzas a mamá. Giré y quedé cara a cara con ella. No era mas grande que la palma de mi mano. O tal vez un poco. No lo recuerdo. Sí recuerdo su piel morada. Le tomé la manito derecha, la tenia fría. Parecía una piel gruesa y hecha de juguete. Le dije:
- Mi chiquita. Mientras dejaba que su palmita y deditos apoyen sobre mi dedo y con el pulgar le acariciaba la mano.
- Si, chiquita. Reafirmó la doctora. Porque ya no había dudas que era una nena. Yo no la vi, pero confié en la palabra del médico que dos días antes hizo la ecografia y se jugó que casi seguro era una nena.
 
Le di un beso en la frente. Le miré su expresión con los ojitos muy cerrados y la cara de sueño profundo. Parecía imposible que sea la misma personita que no se quedaba quieta en las ecografias.

No quise dejar mas tiempo sola a mamá con el dolor físico y del alma. Le di otro beso, mas sentido, mas profundo, tratando de transmitirle todo mi amor para su eterno y tan injusto descanso. Tan eterno e injustamente frio como el sentimiento de mis labios en el primer y el último beso que le di a Nahiara, mi primera hija.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Hincha privilegiado

  • “Traspasa lo que nunca imaginaste, pero deja los pies sobre la tierra”. Marcelo Berbel.

Cuando tenía diez años y fui por primera vez a la cancha de Cipo, no imaginé lo que sería de mi vida junto a esa blanca y negra. Me tocó conocer La Visera el día que Pablo Parra le metió el golazo que eternamente le sigue haciendo a Alvarado desde la mitad de la cancha.
 
La pasión fue creciendo. También la imposibilidad de faltar a las citas en La Visera sin importar días, horarios, pésimas rachas, y descensos. Empezaron los viajes de visitante desconociendo lógicas de campañas, rivales y partidos intrascendentes. Verificando de antemano que el presupuesto personal no alcanzaba para el pasaje, y sacando el pasaje igual.

De mas grande tuve la posibilidad de aportar desde internet una ventana al Club Cipolletti en el mundo. Igual jamás me sentí un periodista, sólo un hincha que se informa y al que le gusta hablar de su equipo. Pero no quedó ahí, nos llamaron de las radios y los diarios de la ciudad, la región y rivales, y con el tiempo medios nacionales importantes; para aportar información validando así a Cipo Pasión como fuente. También como repaso histórico y voz autorizada en la producción del documental del Club Cipolletti que hizo Siglo Bohemio. Y una nota sobre historia y actualidad albinegra en la Revista oficial de la AFA, con columna de opinión y todo.

Hasta que gracias a Vivo Argentina primero y Radio Galas después, tuve la experiencia maravillosa de hacer tres años de radio con mis amigos, esos amigos para toda la vida surgidos de abrazos de gol, nervios de tablón, y viajes sobre las interminables rutas desérticas. Horas y horas frente a los micrófonos, hablando con amigos y con mis ídolos para que escuchen tantos otros hinchas parecía el punto cumbre para sentirme un hincha privilegiado. Y en eso tuve la posibilidad de relatar en un partido amistoso.

Desde 1999 pagué religiosamente la cuota social en el club, aunque los beneficios se terminaron en años de vacas flacas, no existía mejor beneficio que sentirme parte del club de mis amores. Siempre que iba a pagar manoteaba la Revista del Club Cipolletti para leerla y coleccionarla. Vaya honor cuando hace dos años me propusieron hacerme cargo de la misma revista, la que vi nacer y a esa altura ya tenía casi diez años de trayectoria.

Ser orador en una disertación de Literatura y Fútbol en la Feria del Libro de Cipolletti sí que jamás me lo hubiese imaginado. Gracias a la idea y la invitación de Jorge Nuñez, y al lado de escritores y amigos. Proyectamos en pantalla gigante el video homenaje que le hice a Pablo Parra, y con la narración de Charly Quintana de su hermosa ofrenda textual, como puntapié de una hora donde disertamos justo sobre mis dos pasiones.
 
Después me llegaron dos invitaciones del Diario Río Negro dándome una página de su edición on-line el año pasado, y su prestigioso espacio en papel este año, para expresar mi sentimiento por Cipolletti.

Nada de todo esto fue tan importante como ir de visitante y que otros hinchas me digan "loco, gracias a tu página me siento cerca del club", eso es tan impagable como tener un placard lleno de ropa regalada por jugadores de mi equipo, árbitros, y hasta rivales.
 
El club de mis amores siempre tuvo gente buena y bien intencionada que lo acompaña. En eso aparecieron los amigos de Cipolletti TV. Y gracias a ellos no di un paso mas en esta locura, sino que retrocedí al principio de todo. A cuando tenía diez años y me cautivó esa camiseta, ese estadio, esa hinchada, y ese golazo. Al gol desde la mitad de la cancha del número 16 que me sorprendió en marzo de 1994 desde la popular, y reviví en desde el corazón del campo de juego junto a mi ídolo en noviembre de 2015.

Gracias amigos, ídolos, prensa. Porque todo siempre comienza. Porque nunca nada termina.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Cinco años

Hace cinco años empezó mi nueva vida,
la vida que siempre soñé,
en paz, en plenitud, en familia,
amando la rutina y enfrentando el revés.

Las sonrisas inundaron nuestro hogar,
de la felicidad hicimos una canción,
las tristezas no nos pudieron dominar
de la desolación sólo me salva tu amor.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Que la inocencia no les valga

"Deberían declarar en la Argentina fecha patria el 28 de diciembre". I.C. (1996)
Quién no eligió guardar la tapita de plástico que estaba por tirar a la basura para donarla al Garrahan. Ponían tachos y bolsas con textos en kioscos, supermercados, y compartían la idea en facebook para reciclarlas y colaborar. Un hermoso granito de arena y ejercicio que desde 2006 nos une como sociedad en una causa tan noble. ¿Cuántos inocentes de la bolsa de tapitas habrán votado? ¿Sabrán que el Garrahan sufrió hace unos pocos meses un recorte presupuestario de 453 millones de pesos por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires? ¿Les importará realmente?

Por algo los políticos dedican horas de estudio y ensayo a la oratoria. A impostar la voz, y manejar los ritmos y los silencios. Y tienen  jefes de campaña que les señalan qué decir, y qué prometer en base a los sondeos. No son títeres porque sí, saben bien que en ocasiones aparecen millones de inocentes votando por lo que se habla y no por la realidad.

Cristina explica qué es lo que hizo y fundamenta por qué es conveniente, y que pasó con el país cuando se adoptaron políticas inversas o no se legisló ese asunto. Esa actitud le parece soberbia a algunos inocentes, le gritan mentirosa porque en realidad se fue a poner botox y comprar carteras, y se quejan porque les cortan la novela o el noticiero, argumentos sobrados para caratular la dictadura del régimen kirchnerista. Sin dejar de compadecerse de la pobre muda.

A Macri los laburantes inocentes lo aplauden cuando explica que va a sacar los planes sociales porque es plata tirada a la basura, y también cuando aclara que los va a mantener porque hay que defender las conquistas de los últimos años.

Un esperanzador gesto aparece en televidentes inocentes cuando Macri plantea reprivatizar Aerolíneas Argentinas porque es deficitaria, y aclara después que tiene que seguir siendo del Estado pero bien administrada. Como si la gente implorara perder frecuencias y pagar más para solventar a las pobres aerolíneas.

Una expresión de ¡por fin! resuena en casas elegantes cuando Macri asegura que apenas asuma se termina el impuesto a las ganancias, y los planes sociales los va a financiar con inversiones que según los estudios de su equipo van a llover. A muchos inocentes no les parece una fábula.
Inocentes amas de casa jubiladas lo vitorean y lo votan. Macri aseguró que conviene liquidar los fondos de ANSES y volver a las AFJP. Están convencidas que tienen el salario que les corresponde porque ser ama de casa es un trabajo. Y así es, un trabajo que sólo un Gobierno reconoció ante las críticas de quienes se presentan como el cambio. Sin tomar dimensión del cambio que ya propusieron los mismos que durante 11 años ningunearon a los jubilados, y hasta les sacaron el 13%.

Miles de inocentes esperan ansiosos los sorteos de Pro.Cre.Ar, se construyeron y se están construyendo una casa mientras critican a quienes les dieron esa oportunidad, con el libreto de Lanata y Mirtha bajo el brazo. Los que no tuvieron la suerte, paradójicamente esperan que el cambio mantenga la esperanza de quienes no pueden llegar a la casa propia.

Cuántos inocentes estuvieron más pendientes de cuándo dejaba el luto la Presidenta, en lugar de contar los chicos que volvieron a la escuela gracias a la Asignación Universal por Hijo. La misma que Sanz predijo que se iría por la canaleta del juego y la droga, y ahora defiende. Y que Macri dijo que era plata tirada, y no un derecho conquistado como dice ahora.

Trabajadores de YPF, ahora estatal, inflan el pecho y aseguran que lo votarán. No les importa que haya explicado que los salarios son un gasto, y que hay que reducir los costos. Y cada uno tiene que estar dispuesto a cobrar lo mínimo necesario por lo que hace. Se olvidaron de la reactivación de la empresa gracias a la reestatización. Reestatización rechazada por el PRO, dicho sea de paso.

Coquetos inocentes esperan el 11 de diciembre para poder comprar perfumes importados. ¿Les importarán las nefastas consecuencias que tuvo para el aparato productivo del país la vía libre a las importaciones en los ’70 y en los ’90? ¿O simplemente no se acordarán? ¿Cuánto ánimo de producir en el país tendrán los inocentes que votan a quien planea eliminar las retenciones a la exportación?

¿Entonces será que se solidarizan con los que más tienen? Ningún inocente reparó en las consecuencias económicas para el país y para la economía doméstica, de "pagarle a Griesa sin chistar hasta el último centavo que diga que se debe", tal como lo exigió Mauricio.

¿Estos millones de inocentes castigan al Gobierno por la corrupción? No. A los inocentes no les importa la corrupción. De otro modo hubiesen descartado a Macri tras hacer millonario a Niembro de la nada; tras pagarle a Majul un viático de seis cifras por una charla de un par de horas; tras quedar sobreseído de la causa de Sevel en los ’90 justo cuando el padre hizo negocios con el Presidente.

¿Qué votan estos pobres inocentes? No les importan los planes que directa o indirectamente los benefician. No comparan su vida y la de sus seres queridos con la de años anteriores. Menos les importa el crecimiento de posibilidades del de al lado. Ni hablar del que vive en otro barrio mas alejado.

A estos inocentes nadie les dijo de la militancia que barrio por barrio, villa por villa, trata en la medida de lo posible de regular los planes sociales; que tengan destinos esenciales como vivienda y emprendimiento productivo. Los intereses de empresarios de la comunicación los convencieron que son gente que aplaude a la Presidenta a cambio de un choripán, y un plan también seguramente. Igual, aunque lo sepan, no les importa. Como tampoco les importa ser víctimas de los empresarios que mandan a hablar de los procesos legales contra el vicepresidente, y le tiran la alfombra roja al jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires como si no estuviese procesado.

Santos inocentes se enojan ante una Presidenta que hable durante tres horas mostrando hechos certeros porque son aburridos. Prefieren y aplauden a un candidato a Presidente por todo lo que dice, aunque lo que dice se contradice con lo que dijo antes, traspasando el límite de la mentira y la hipocresía. Nadie lo juzga por su administración en la Ciudad de Buenos Aires, tenía razón aquel ex presidente que vendió el país cuando explicó: “Si en la campaña decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie”.

¿Qué votan entonces? No emiten sufragio en base a la realidad. Votan porque Lanata pueda vencer a la Presidenta. Que Lilita se ría de Aníbal. Que Mirtha deje de sentirse en una dictadura. Quieren un giro definitivo en el culebrón que mañanas, tardes y noches inundan los diarios, la TV, las radios, y el reflejo del disparate: las supremas redes sociales. Sólo con infamias, los argumentos mejor no nombrarlos porque al ser fácilmente objetados comienza la dichosa “grieta”.

Millones de inocentes no piensan en qué pasaría con el país si se administra como la Ciudad de Buenos Aires. Tampoco les importa que Macri no explique el destino final de los 453 millones de pesos que le quitó al Garrahan, ni que ahora el Hospital deba frenar la renovación tecnológica y el avance de infraestructura que tenía previsto. Total todavía pueden juntar tapitas de plástico, y de esa manera creerse que están ayudando a chicos que lo necesitan. No tiran la tapita a la basura, arrojan la verdadera ayuda.
Sebastián Sánchez

Los hijos de los días

Eduardo Galeano
Siglo veintiuno (2011)
 
Leyendas, historias antiguas y recientes. Sucesos que nos ocultaron o peor aún nos contaron al revés. De a 7 por semana, 31 por mes, 365 enseñanzas de Eduardo Galeano, una por cada día del año. Somos hijos de los días, y de cada día debemos absorber. Para saber e indignarse. Para conocer y no repetir. Para creer y soñar.