Muchos periodistas aclararon con la muerte de Sole que el Mundial como fiesta se les terminó, que están en Brasil solo laburando. Todavía no había pasado lo del "Topo".
Estos periodistas, tantas veces castigados por quienes no evalúan lo duro de una profesión sin horarios, sin feriados, sin descanso, no solo no pudieron parar de laburar para acompañar a un amigo al que le pasó lo peor que le puede pasar en la vida, ni para llorar a otro que hasta horas atrás era un compañero y un amigazo; tuvieron que reemplazarlos.
Estos tipos son campeones mundiales, ¡y ojo! buena memoria, que cuente a la hora de criticar a uno de estos genios del oficio.
Sebastián Sánchez