De canilleras de barro y pateando cascotes, a junglas de cemento desbordando pasiones.
Ascendiste de meriendas de pan y matecocido, a desayunos americanos sin herejía ni olvido. De despeinado de barrio perfumado con polvo, a reforzar tu alma de indio en el norte desconocido.
Porque te engendró el viento seco de Allen, le sacaste una vuelta olímpica de ventaja a fantasmas de finales perdidas, y gritaste campeón en una hazaña veloz e imparable.
Con fuerza interior y pura potencia le sacaste la pelota a la pobreza, y le rompiste la red a un destino mezquino, sin perder la humildad en tu grandeza.
La peleaste desde que el viento incesante y la arena de la calle te sacaron lágrimas en los ojos. Y la seguiste cuando esas gotas en las mejillas fueron emocionadas por el "Olé olé olé, Hugoo Hugoo" de un estadio rendido a su ídolo enojoso.
Te plantaste ante la injusticia en un esfuerzo Nacional. Porque creciste de mago y progresista a capataz de la Patagonia bendita. Bendita de "ooole", de desbordes, fusilamientos y sutilezas convertidas en goles.
Porque sabes pelearla de abajo sos la tormenta que hace saltar los tablones de cemento. Y porque nunca perdiste tu calle, sos el héroe de mi pueblo ¡Super Hugo de Allen!
Sebastián Sánchez
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