Leído en el programa Qué Grande, en Radio Comunitaria Quimunche.
Me llamo Laura, soy de Lomas de Zamora, zona sur de la provincia de Buenos Aires.
Esto pasó el 18 de diciembre de 2022, el día que Argentina salió campeona. Por cábala, mi novio veía el partido en su casa con sus amigos (ya habían visto todo el mundial así y no querían cortar la racha), yo estaba con mis amigas en la casa de una que recién volvía de sus vacaciones y nos pareció piola la idea de juntarnos con la excusa de la final.
Termina el partido y mientras todas estábamos a los gritos y a los saltos de la felicidad, me suena el teléfono... era él enviándome este mensaje: "Amor me voy para e obelisco con los pibes. ¡¡¡SOMOS CAMPEONES!!! ¿Qué onda vos?".
Como una idiota, yo feliz por él y sin querer interrumpir su festejo, le contesté: "¡FELIZ POR VOS MI VIDA! Yo nada, me quedo acá con las chicas. Cuidate que va a ser un quilombo de gente. Te amo. Cuando vuelvas te espero en casa y seguimos festejando".
Hasta acá todo normal, nada preocupante, jamás me jodió que salga con sus amigos ni a él que yo salga con las mías. Siempre tuvimos esa libertad, ese respeto por el espacio personal. El problema fue exactamente dos horas después.
Me voy a la cocina a preparar algo para comer y las chicas se quedaron en el living viendo los festejos por el canal de noticias más conocido del país. De golpe mis amigas pegan un grito y siento el ruido de un vaso que se rompe contra el piso.
"¿QUE PASÓ?" grité asustada desde la cocina. Voy para el living y cuando llego mis amigas me dicen "¡BOLUDA NO VEAS LA TELE, NO VEAS LA TELE, POR FAVOR!". Por sus caras me di cuenta que no era una broma, las corrí y lo que vi me dejó muda. El pelotudo de mi novio, totalmente en pedo, a los besos con su ex detrás de un pibe que estaba dando una nota en vivo para ese canal
Lo llamé al toque, me atendió y, como si nada me dijo: "Hola amor, ¿qué pasó?". Al saber que me estaba mintiendo le seguí el juego y le contesté: "Nada cielo, quería saber cómo estabas. ¿Todo bien? ¿Mucho quilombo por ahí?".
El muy caradura me contesta: "Sí gordita, todo bien. Ya en un toque vamos para casa con los chicos porque esto se va a picar y la verdad, con la ansiedad del partido, anoche no dormí casi nada, así que me voy a dormir temprano". "Ok cielo, cuidate, mañana hablamos. Igual avisame cuando llegues" le contesté, pero no lo iba a dejar así, así que les pregunté a las chicas qué mierda hacer porque me invadía la rabia y lo que hicimos, fue lo siguiente...
Fuimos en el auto de mi amiga hasta la puerta de la casa de él, cabe aclarar que él no conocía el auto de mi amiga porque se lo había comprado antes de salir de vacaciones. Lo esperamos casi cuatro horas y cuando ya nos estábamos por ir, porque estábamos cansadas, como si nada el señor dobla la esquina de la mano de su ex...
Nos bajamos del auto... o me animo a repetir las barbaridades que de la bronca le grité, pero lo más gracioso -o triste- fue que la ex me dice: "Pero ¿cómo? ¿Ustedes no se habían separado hace un mes?"
En conclusión: mi novio tenía otro Instagram donde subía fotos de él solo, sin mí, y durante un mes estuvo saliendo con las dos.
Hoy creo que esa herida ya sanó, que lo superé, pero a veces me cuelgo a ver sus redes porque las tiene públicas, y no digo que lo extraño, porque ya no, pero me hubiera gustado que no fuera tan gil, porque yo, de verdad, estaba enamorada.
Devolución
Me gustaría comenzar haciendo una pregunta: ¿Se puede caminar hacia adelante mirando para atrás? En mi experiencia no, seguramente tropecemos y caigamos...
Por eso hay que tener en claro algo, si todavía revisás sus redes, por el motivo que sea, dejame decirte que creo que no soltaste aun, que esa herida sigue abierta, y no está mal.
Cada persona sana a su tiempo, todos tenemos tiempos diferentes, pero quizás es necesario que te des un tiempo para entender que dos personas no caben en un mismo espacio físico, así que hasta que no logres sacar a tu ex de tu corazón, no va a haber lugar para que llegue una persona con ganas de hacer las cosas bien.
Libro: #BastaDeAmoresDeMierdaV (2023).
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