viernes, 13 de diciembre de 2024

El defensor rubio y el 10 de rulos - Pablo Montanaro en Un D10S en la Patagonia


Leído en el programa Qué Grande, en Radio Comunitaria Quimunche.

Ni bien el árbitro del partido entre Deportivo Roca y Argentinos Juniors pitó el final del primer tiempo, Ricardo Enrique Phagouapé, lateral izquierdo del local, apuró su andar hasta donde estaba Maradona antes de que éste se metiera en el túnel hacia los vestuarios. En esos segundos, mientras se secaba la transpiración con la camiseta, Phagouapé sabía que ese era el momento ideal para lograr una foto con el Diez. Pensó que al terminar el partido, todos sus compañeros de equipo iban a pretender fotografiarse con Maradona y así tener su momento de mayor gloria futbolística. Por eso, se enfocó en su objetivo. Sabía que si Maradona accedía a sacarse la foto, iba a poder exhibirla orgulloso por el resto de su vida. “Diego, Diego, puede ser una foto”, preguntó sin timidez el oriundo de Rolón, un pequeño pueblo de la zona rural de La Pampa. “Sí, dale”, respondió el 10 de Argentinos. Un fotógrafo disparó el flash. El retrato muestra a Phagouapé, con la camiseta y pantalones naranjas con vivos azules, con el brazo izquierdo extendido sobre el hombro de Maradona y la mano derecha en el abdomen como señal de agradecimiento por la gentileza. La imagen muestra un hilo de sangre en la rodilla izquierda de Maradona lo que da cuenta de lo intenso con que se jugaron los primeros 45 minutos. “Yo no fui responsable de la marca de sangre que tenía Maradona en su rodilla”, aclaró el defensor. Unos manchones de cal en las dos piernas dan muestra cabal de la entrega del lateral izquierdo que había llegado al Depo en el año 1975 proveniente de All Boys de La Pampa.

Los días previos al partido, los jugadores del Depo tenían una gran expectativa porque no solo iban a enfrentar a Maradona sino también a un equipo que estaba realizando una gran campaña en el torneo Nacional.

“Fue impresionante la cantidad de gente que había en la cancha ese día. Incluso muchas personas no pudieron ingresar. Teníamos una gran expectativa, sabíamos que íbamos a jugarle de igual a igual. Obviamente, para ese partido el director técnico dispuso una táctica para tenerlo a Diego lejos del arco. La idea era una doble marca, lo iba a marcar Darío Dolce y por donde se moviera se hacían relevos. Lo preparamos muy bien, no Éramos improvisados, teníamos un equipo con muy buenos jugadores. Nos salió bien”, explica Phagouapé 43 años después como si estuviera reviviendo aquella charla técnica en el vestuario antes de entrar a la cancha.

Según el ex jugador que también vistió la camiseta de Cipolletti, de Unión de Allen, entre otros, Maradona en ese partido amistoso “mostró todo el talento que tenía a pesar de la cancha que no estaba en muy buen estado. Por contrato jugaba todo el primer tiempo y parte del segundo, pero como iban perdiendo no quería salir, hasta que en los últimos minutos lo reemplazaron”.

Esa noche a Phagouapé le tocó marcar a Rubén Omar Favret, veloz puntero derecho de Argentinos Juniors. Pero lo que más recuerda del partido son dos jugadas en las que tuvo que enfrentarse a la habilidad de Maradona:

“En un momento tuve que hacerle un relevo defensivo a Dolce que había sido superado por Maradona, y ahí lo raspé a la pasada, no me quedaba otra, no se quejó pero me metió un codazo terrible. Maradona era durísimo, era un toro, muy sólido, lo veías jugar y te dabas cuenta que era distinto, y si tenía que meter la patita la metía.

En otra jugada, se manda por derecha, lo salgo a marcar porque se iba solo al área. Me hizo un chicle con la zurda, me amagaba para la izquierda, después para la derecha, me dejó dado vuelta. Cuando me quise acordar le metió un centro a Favret que tuve que tirarme de cabeza para taparlo. Yo era rápido, pero no sé cómo me amagó tantas veces, era impresionante. Era imparable”.

Fue tan buena la actuación del lateral izquierdo del Depo que el director técnico de Argentinos, Miguel Angel López al terminar el partido le dijo a un dirigente

local (Pablo Verani): “Por favor, cuídemelo al 3 que yo a fin de año lo vengo a buscar”. Lamentablemente, a fin de ese año López dejó la dirección técnica de Argentinos al ser contratado por Independiente. Phagouapé continuó su carrera en el Depo.

Cada vez que alguien le pregunta por aquel partido, siempre afirma con una sonrisa que es de los pocos jugadores que le ganaron a Maradona “el 100 por ciento de los partidos”.

Seis años después de aquel encuentro, Phagouapé vio por televisión en su casa de La Pampa la felicidad plena de Maradona levantando la Copa del Mundo en el Estadio Azteca de México luego de derrotar en la final a Alemania. “Me alegré muchísimo, no sólo por la Argentina sino por él porque lo admiro como futbolista, y siempre va a estar en mi corazón. Tuve la oportunidad de disfrutarlo dentro de la cancha. Para un futbolista del interior es como jugar hoy un partido con Messi. Una satisfacción personal que marcaba también el buen nivel futbolístico que tenía por ese entonces el Valle porque estábamos preparados para jugar contra cualquier equipo de primera división e incluso ganarle como esa noche a Argentinos de Maradona. Fue una época dorada del fútbol regional y totalmente romántica porque jugábamos por dos pesos, se jugaba por amor a la camiseta”.

Libro: Un D10S en la Patagonia (2023).

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