domingo, 7 de enero de 2024

Ser feliz me da vergüenza - Cuento de Sebastián Wainraich


Leído en el programa Qué Grande, en Radio Comunitaria Quimunche.

APLAUSOS

CONDUCTOR: ¡Muy buenas noches! Muy buenas noches! ¡Bienvenidos! Muchas gracias, gracias a los que están del otro lado de la pantalla y gracias a toda esta maravillosa gente que se acercó al estudio para presenciar en vivo éste, el primer programa de... ¡Ser feliz me da vergüenza! APLAUSOS Gracias a mis productores, a mi equipo, a mi familia y gracias a las autoridades del canal que aceptaron gustosos esta idea y que decidieron llevarla adelante y confiaron en mi. Señoras y señores... ¡Ser feliz me da vergüenza! APLAUSOS En la televisión ya hay muchos espacios en los que la gente lamenta pérdidas, rompe en llanto por trivialidades, se reencuentra con familiares y amigos, en la televisión ya hay muchos espacios en los que la gente gana premios fabulosos, logra cumplir sus sueños, participa en juegos que son para niños y no para adultos. En la televisión hasta hoy, no había ningún espacio para usted para mi, para nosotros, para nosotros que en definitiva somos felices. APLAUSOS ¡Si! Somos felices y sentimos vergüenza Y hasta hoy no teníamos dónde decirlo Llegaron miles de mails, miles de cartas, miles de llamados de personas felices que sienten vergüenza. Y esos mails, esas cartas, esos llamados agradecían la llegada de este programa y me deseaban suerte en mi regreso a la televisión. Amigos, amigas, mucho tiempo pasó para que yo volviera a la televisión y, sin duda, quería que mi regreso fuera en un programa como éste. Con una idea propia. Ustedes me recordarán de Chimento no miento, ese suceso de los mediodías en un canal vecino ese exitoso programa de espectáculos que me llevó a un nivel de popularidad y de reconocimiento que hoy todavía agradezco. Ustedes seguramente no olvidarán De óvulos y espermatozoides, ese exitazo en este mismo canal, querido canal para mí, tantos recuerdos tengo aquí, tantos amigos reencontré en los pasillos, tantos amigos veo detrás de cámara. Cuántas ganas de volver tenía. Pero quería cambiar. Empezar un nuevo camino. Y se me dio. Se me dio con esta idea que venia amasando y amasando hace tanto tiempo. Para volver, quería volver con este programa. Señoras y senores ¡Ser feliz me da vergüenza! APLAUSOS Gracias, gracias otra vez, gracias de verdad por tanto cariño y por tanto afecto que me dieron en la calle cuando me alentaban para volver a 1a televisión. Miren ustedes qué linda escenografía tenemos, da gusto trabajar así. APLAUSOS Gracias a la tribuna, que realmente está muy entusiasmada con este programa. Si usted quiere presenciar Ser feliz me da vergüenza acá en el estudio no tiene más que llamar al número que está apareciendo ahora mismo en pantalla. ¡Uf! Ya están pasando los nervios del debut. Estamos listos para arrancar. Vamos a ir a la primera tanda comercial y en el regreso, sí, por fin, el primer testimonio aquí, en Ser feliz me da vergüenza. Adelante nuestros bailarines y cantantes. APLAUSOS

CORO:
Ser feliz me da vergüenza
La paciencia terminó
Necesito de una pena
Necesito de un dolor

Ser feliz me da vergüenza
Ya no quiero a este sol
Todo el mundo está sufriendo
Todo el mundo menos yo

Ser feliz me da vergüenza
Laralá laralá
Ser feliz me da vergüenza
Laralá laralá

TANDA

APLAUSOS

CORO:
Ser feliz me da vergüenza
Laralá laralá

CONDUCTOR: Segundo bloque en Ser feliz me da vergüenza. Dejamos a un lado los prólogos y vamos a 1os verdaderos protagonistas del programa: las personas. Se abren las puertas y le damos la bienvenida al primer participante de Ser feliz me da vergüenza.

APLAUSOS

CONDUCTOR: Buenas noches, buenas noches.

PARTICIPANTE: Buenas noches.

CONDUCTOR: Sos el primer feliz que nos visita. El primer testimonio que daremos a conocer, gracias por haber venido. Queremos conocer tu nombre, tu historia, queremos, en definitiva, conocerte a vos. Queremos saber por qué sos feliz y por qué te da vergüenza serlo. APLAUSOS Y veremos si sos merecedor o no de 1a ruleta de la infelicidad. Te invito a que pasemos al sillón y que cuentes tu historia. Por acá por favor...

PARTICIPANTE: Qué nervios

CONDUCTOR: Tranquilo, tranquilo... contanos tu historia.

PARTICIPANTE: Muy bien, me llamo Mauricio Aguirre, cumplí treinta y siete años la semana pasada, soy casado y tengo dos hijos hermosos. Ellos y mi mujer están presentes en el estudio.

CONDUCTOR: ¿A ver si los toma la cámara? A ver, a ver... ¡ahí están! Pero qué lindos chicos tenés. O mejor dicho, qué linda familia tenés.

APLAUSOS

MAURICIO: Es una hermosa familia y vamos juntos a todos lados porque nos divierte estar juntos. Somos una familia que se renueva todo el tiempo, con mi mujer conservamos las rutinas más lindas y a la vez nos sorprendemos todo el tiempo con distintas demostraciones de amor y de cariño. Lejos de morir, la pasión renace cada noche. ¿Mis hijos? Bueno, mis hijos son perfectos. En Lautaro, de nueve años, me veo a mí, pero mucho mejor, más inteligente, más maduro y mejor, y Camila, de cinco, qué decir, es la perfecta definición del amor. Soy arquitecto y me gusta serlo, disfruto de mi trabajo y del dinero que me da, en ningún momento sentí culpa y, además de invertirlo bien, lo usé para darme los mejores placeres para mi familia y para mí. La vida resulta una alegría tras otra. Al despertar siento felicidad, a veces me da pena irme a dormir con todo lo lindo que pasa cuando estoy despierto Pero a la vez mis sueños son tan lindos que me da gusto dormir. Soy feliz, sí. Soy feliz y creo que merecidamente. Pero no alcanza. No alcanza porque ser feliz me da vergüenza. APLAUSOS. ENTRAN SU MUJER Y SUS HIJOS CORRIENDO A ABRAZARLO

CONDUCTOR: Ustedes también son felices, ¿no es verdad? ELLOS ASIENTEN CON LA CABEZA

MAURICIO: Cada momento del día lo disfrutamos, lo gozamos, cualquier momento nos hace felices. La felicidad es contagiosa en nuestra familia. Con decirte que este último domingo, a las siete de la tarde, me pregunté por qué la vida es tan maravillosa. Mi hija, perfecta, me contestó: "Es tan maravillosa porque mañana lunes nos vamos a levantar temprano para disfrutar de nuestros trabajos y estudios". Quise venir a tu programa quise estar con vos para decirte que ser feliz me da vergüenza. APLAUSOS

CONDUCTOR: Qué testimonio el de Mauricio Aguirre. Qué fuerte para empezar el programa. Mauricio, te pido ahora que mires atentamente la pantalla. Ahí está el péndulo de la felicidad, un péndulo que va a marcar si sos verdaderamente feliz y, por ende, si sos merecedor de la ruleta de la infelicidad. Señoras, señores, ahí se mueve el péndulo, por lo tanto, Mauricio, tengo que decirte que... ¡sos merecedor de la ruleta de 1a infelicidad! APLAUSOS Realmente sos feliz y realmente sentís vergüenza. Por lo tanto, te invito a que me acompañes a la ruleta de la infelicidad, tu mujer y tus hijos nos van a esperar acá y nosotros vamos hacia la ruleta que va a poner un palo en la rueda de tu felicidad para sacar finalmente a la vergüenza de tu vida. Mauricio, a ver si soy claro, de tu tiro de la ruleta de la infelicidad va a salir tu talón de Aquiles, el grano en la cara lisa y limpia, la famosa aguja en el pajar, entonces te pido por favor que juntes fuerza y tires bien, bien fuerte la ruleta en este tiro que es el inaugural... A la una, a las dos y a las...

PÚBLICO: ¡¡¡Tres!!!

CONDUCTOR: Ahí fue el tiro de Mauricio, realmente tiraste fuerte, muy fuerte, cuánta fuerza es la fuerza que da la felicidad, por lo que parece vamos a tener que esperar un buen tiempo hasta que frene vamos a ver dónde se detiene, cuánta expectativa en el estudio, en la gente que está en su casa, en Mauricio, en la familia de Mauricio, y en mí, por supuesto, empieza a ralentarse la ruleta, de a poco baja la velocidad, ahora sí empieza a detenerse, se detiene, se detiene, se detuvo, a ver, a ver, ahí se frenó. ¡¡¡Se frenó!!! APLAUSOS Mauricio voy a acercarme a ver dónde quedó 1a flecha... Mauricio, 1a ruleta de la infelicidad dice que lo que te tocó es... ¡¡¡Hipocondría!!! APLAUSOS ¡¡¡Hipocondría!!! Señoras y señores. Hi-po-con-drí-a. Eso es lo que te tocó, Mauricio. El escribano Sorlozi da fe y me alcanza el sobre que procedo a abrir. Confirmamos que es... ¡¡¡hipocondría!!! APLAUSOS Los familiares se pueden acercar a saludarlo. Mauricio, te tocó hipocondría y tengo que contarte de qué se trata.De ahora en más, te va a atacar una hipocondría crónica, que no sólo es crónica sino que también es ¡incurable! APLAUSOS No habrá tratamiento, no habrá psicólogo que termine con este mal, pero no habrá psicólogo que no quiera atenderte. Mauricio, entrás al mundo de los hipocondriacos y tenés que saber que dos o tres veces por semana vas a sentir un dolor molesto, un dolor que empezará en alguna parte de tu cuerpo y que, inmediatamente se va a apoderar de tu mente y te va a llevar a pensar que tenés una enfermedad terminal, que te queda poco de vida, que la muerte te pisa los talones. APLAUSOS Esto lo vas a trasladar a tu cara y tu familia se va a preocupar por vos. Al principio se van a preocupar por vos. Cuando comprueben que en realidad lo tuyo es mental, te van a tomar rencor y van a culparte por haber alterado la alegría familiar. A partir de ahí, ¡¡¡chau felicidad!!! Por lo menos, chau a la felicidad completa... De ahora en más y como a cualquier mortal, la felicidad en tu vida será ¡¡¡de a ratos!!! APLAUSOS Te agradezco que hayas venido y hayas hecho público tu testimonio, tu historia de vida...

MAURICIO: Yo te quiero agradecer a vos y a toda tu producción por esta oportunidad que me dan. Vivir esto con mis chicos y con mi mujer aquí presentes es algo muy lindo. Dejame darte un abrazo.

CONDUCTOR: Antes dejame regalarte esta crema para después de afeitarte. After-afei te hace este regalo y nosotros le agradecemos a estos amigos por acompañarnos en el programa.

APLAUSOS. EL CONDUCTOR DEL PROGRAMA Y MAURICIO AGUIRRE SE ABRAZAN. SE SUMAN LA MUJER Y LOS HIJOS

CONDUCTOR: ¡Uf! No pensaba que el primer testimonio iba a resultar tan intenso. Usted puede vivir algo parecido, tiene que escribir a la dirección de e-mail que aparece ahora en pantalla... Perdón, Mauricio Aguirre quiere decirnos algo.

MAURICIO: Me pasó recién, recién. Cuando me diste el abrazo, sentí un dolor en la espalda muy fuerte que me preocupa. Un dolor que sube hasta la nuca, me duele cuando camino y cuando giro la cabeza. ¡No lo puedo creer! APLAUSOS

CONDUCTOR: Señoras y señores, no hay mucho más para agregar, ¿no? Vamos a ir a otra tanda con nuestro equipo de bailarines y cantantes, y a la vuelta más... ¡Ser feliz me da vergüenza!

APLAUSOS

CORO:
Ser feliz me da vergüenza
Y 1o digo con razón
Colorado yo me pongo
Cuando vivo un alegrón

Ser feliz me da vergüenza
Cada día un poco más
Veo pobres, inferiores
¿Qué cositas sentirán?

Ser feliz me da vergüenza
Laralá laralá
Ser feliz me da vergüenza
Laralá laralá

TANDA

CORO:
Ser feliz me da vergüenza
Laralá laralá
Ser feliz me da vergüenza
Laralá laralá

APLAUSOS

CONDUCIOR: Tercer bloque en Ser feliz me da vergüenza. Tengo que contarles que durante la tanda se comunicó al canal mucha gente que dice ser feliz y no sentir vergüenza. Allá ellos. No somos quiénes para juzgarlos. Pero todos sabemos que alguien verdaderamente feliz siente vergüenza. Con lo que implica ser feliz, ese estado que encapsula a cualquier ser humano y lo retira del mundo real. Pero no estamos aquí para atender a esa gente, este programa llegó para escuchar a otro tipo de personas. Personas que ya no pueden con tanta felicidad y con tanta vergüenza. Personas que pedían a gritos este programa y no se van a perder esta oportunidad. Por eso, se va a abrir la puerta y vamos a conocer la segunda historia de la noche

APLAUSOS

CONDUCTOR: Buenas noches

PARTICIPANTE: Buenas noches.

CONDUCTOR: Bienvenida, te invito a que pasemos a los sillones y que nos cuentes tu historia.

PARTICIPANTE: Me 1lamo Andrea Bertoli, tengo treinta y un años, soy feliz y me da vergüenza. Como si fuera poco, soy egoísta. Pero la vergüenza la tengo por la felicidad, no por el egoísmo. No me importa ser egoísta, me importa un bledo lo que piense el resto de mí. Esa idea me llevó a ser feliz. Esa idea y hacer lo que quiera. Porque yo hago lo que quiero. Por eso, mi ánimo insuperable. Por eso, mi cuerpo perfecto, porque yo me ocupo de mí, no pierdo el tiempo en otros. Nada me preocupa, nada me alarma. Me relaciono con la gente que me interesa y cuando dejan de interesarme, chau, los tiro como a un paquete vacío de galletitas. En mi vida me manejo así, todo es descartable. No sufro por nada. Todo lo controlo, todo está a mi alcance. Lo único que me desborda es la felicidad. Me sobra felicidad, Es lo único que no puedo manejar y a veces, de tan feliz que soy, me descubro haciendo cosas que no tenía en mis planes, cosas que escapan a mi control y ahí, ahí, es cuando aparece la vergüenza. No sé si soy clara.

APLAUSOS

CONDUCTOR: Sos muy clara, Andrea... Sin duda se ve en tu cara y en tu cuerpo lo que contás... hablás con una seguridad, con una autoridad. Es para felicitarte. Te pido ahora que prestes atención en la pantalla. Vamos a ver qué marca el péndulo de la felicidad... vamos a ver... Andrea, tengo que decirte que ¡¡¡sos feliz y te da vergüenza!!! APLAUSOS Tengo que decirte que sos merecedora de la ruleta de la infelicidad, acompañame por acá, por favor... Andrea, hoy te vas a desprender de tanta felicidad pero lo más importante es que te vas a desprender de la vergüenza. Por eso te pido que juntes fuerza, este tiro va a cambiar tu vida, la ruleta es toda tuya, te deseo mucha suerte, vamos Andrea... A la una, a las dos y a las...

PÚBLICO: ¡¡¡Tres!!!

CONDUCTOR: Ahí fue el tiro de Andrea, no tan fuerte como el del participante anterior, pero fuerte al fin, la ruleta dio dos vueltas y ya empieza a detenerse, la ansiedad que tenemos todos por saber cual será la trampa en 1a vida de Andrea, qué quinta pata tendrá su gato, qué mancha tendrá el tigre finalmente... la ruleta se detiene y lo que te toca es... es... es... ¡¡¡Angustias y dudas existenciales!!! APLAUSOS ¡¡¡Qué barbaridad, qué fenomenal, qué justicia!!! Justo, justo para vos, exacto para vos... Estás tocada por una varita mágica. El escribano Sorlozi se acerca para dar fe, nos da fe, y sí, ¡angustias y dudas existenciales! Andrea, ¿querrás saber de qué se trata todo esto?

ANDREA: ¡Sí, quiero saberlo ya!

CONDUCTOR: Angustias y dudas existenciales. No serán pocas las mañanas que te despiertes y, en lugar de reír, te preguntes qué estás haciendo en este mundo, para qué sirve la vida, cuál es el sentido de todo esto. Todas estas preguntas te van a sacar fuerzas y te van a llevar tal vez a la depresión, tal vez al desgano... Andrea, decí chau felicidad, decí chau vergüenza, decí hola angustia y dudas existenciales y decí hola After-depil, una crema para después de depilarte. Te lo ganaste, te lo llevás a tu casa.

ANDREA: ¿Yo? ¿Por qué? ¿Por qué a mí?

CONDUCTOR: Hay preguntas que no van a tener respuesta de ahora en más.

SE ABRAZAN Y ANDREA LAGRIMEA. UN PRODUCTOR LA RETIRA DEL ESTUDIO

CONDUCTOR: Sabíamos que de todo podía pasar en este programa y más allá de que algunas situaciones sean más simpáticas que otras, nosotros decidimos ir hasta el fondo porque no sabemos de qué otra manera trabajar y de qué otra manera hacer televisión. A ver, algo me dicen detrás de cámara... OK, está bien. La producción me avisa que tenemos tiempo para un participante más. ¡¡¡Se abre la puerta entonces por tercera vez en la noche!!!

APLAUSOS

PARTICIPANTE: Buenas noches.

CONDUCTOR: Muy buenas noches, bienvenido... gracias por haber venido a contarnos tu historia... acompañame hasta el sillón, habrás visto a los dos participantes anteriores, sabés cómo es el mecanismo.

PARTICIPANTE: Sí, los vi y la verdad es que el programa me gustó mucho hasta ahora.

CONDUCTOR: Queremos conocer tu historia, tu nombre, queremos conocerte a vos y saber por qué sos feliz y por qué te da vergüenza serlo.

APLAUSOS

PARTICIPANTE: Mi nombre es Héctor Gutiérrez y tengo cincuenta y cuatro años. Soy casado, mi mujer se llama Elsa y tengo dos hijas mellizas y un hijo mayor que me dio dos nietos divinos. Mis nietos y mis hijos son la felicidad pura, vienen los domingos a visitarme y llenan la casa de alegría. Soy encargado en un negocio y la verdad es que no nos podemos quejar. Tenemos un buen pasar y jamás tuvimos una discusión ni una separación ni nada, ni un sí ni un no. Todos 1os veranos nos fuimos de vacaciones. Somos felices. El tema es mi hermana, pobrecita. Se llama Rosa y se separó, se separó de la peor manera. Su marido se fue con otra chica más joven y ahora mi hermana no sabe qué hacer con su vida, tiene que empezar de nuevo. Encima tiene un hijo pero se fue a vivir a España. Y en las fiestas de fin de año yo estoy con mi familia, feliz de la vida, y ella está sola, simula que disfruta y yo sé por dentro que sufre y para serte sincero te digo que a mí me da vergüenza ser tan feliz y que mi hermana no. Que quede claro, soy muy feliz y mi felicidad no merma porque mi hermana la pase mal. Sólo que me da vergüenza.

APLAUSOS

CONDUCTOR: Muy bien, Héctor. Vamos a ver qué dice el péndulo de la felicidad, este péndulo que sin duda se va a convertir en el péndulo más famoso de toda América. Vamos a ver si accedés a la ruleta, a ver, a ver... ¡No! ¡No! El primer no del programa. APLAUSOS Héctor, ¡no! No sos feliz. Héctor, podríamos engañarte pero no es nuestro estilo, no sos feliz.

HÉCTOR: No puede ser, algo tiene que estar mal.

CONDUCTOR: Héctor, el péndulo no falla.

HÉCTOR: Pero yo soy feliz.

CONDUCTOR: No, no sos feliz, Héctor. Y no es un capricho nuestro ni del péndulo. Héctor, no sos feliz. MÚSICA TRISTE El escribano Sorlozi me va a alcanzar un sobre que va a detallar por qué el péndulo dice que no sos feliz y que no es necesario que te expongas a la ruleta de la infelicidad.

HÉCTOR: Acá tiene que haber un error... yo soy feliz, estoy casado hace treinta y tres años, tenemos unos hijos divinos, dos nietos hermosos...

CONDUCTOR: ¿Y quién te dijo que ésa es la felicidad?

HÉCTOR: ¡¡¡Sí que soyl!! Soy feliz y me da vergüenza.

APLAUSOS

CONDUCTOR: Tus nietos, tus nietos puede ser, tus hijos también quizás. Pero tu vida no. Te engañás, querido Héctor, no sos feliz y mucho menos sentís vergüenza por tu hermana, lo que sentís es bronca y envidia porque está sola y puede hacer su vida. Y envidiás al marido que se fue con una chica menor. Pero tu mujer te estanca y vos 1a estancás a ella, es mutuo Y no se pueden separar. Héctor, por última vez porque nos tenemos que ir a una tanda: no sos feliz. Y ahora la tribuna te lo va a decir.

PÚBLICO: ¡¡¡Héctor, no sos feliz!!!

CONDUCTOR: Y tampoco te llevás regalo, no. No te levás After-afei porque After-afei es una crema para gente feliz.

HÉCTOR SE QUEDA EN SILENCIO

CONDUCTOR: Por favor, que lo retiren del estudio.

LO RETIRAN DOS PRODUCTORES

CONDUCTOR: Ahora sí, nos vamos al último corte y en el regreso, la despedida de Ser feliz me da vergüenza.

APLAUSOS

CORO:
Ser feliz me da vergüenza
Esto te lo digo yo
Sobran risas, alegrías
Pero falta decepción

Ser feliz me da vergüenza
Sólo lloro de emoción
Amoríos y romances
Y jamás recibo un no

Ser feliz me da vergüenza
Laralá laralá
Ser feliz me da vergüenza
Laralá laralá

APLAUSOS

CONDUCTOR: Último bloque en Ser feliz me da vergüenza. Para despedirme, quiero decir que durante mucho tiempo quise hacer un programa así, del que estuviera orgulloso. No porque los anteriores me avergonzaran, pero éste era el que realmente quería hacer. Estoy muy contento por cómo salió y muy contento porque sabemos que el nivel de medición fue muy bueno. Una vez más, quiero agradecer a todos. Y aunque resulte un tanto vanidoso me quiero agradecer a mí también. Me permití llegar a esta meta, palabra a la que muchos le temen y muchos le temíamos. Ser feliz me da vergüenza. Recién veía la ruleta de infelicidad, una idea que escribí hace tanto y que ahora está en pantalla. Veía todos 1os males que da esta ruleta. Hipocondría y angustias y dudas existenciales tuvimos hoy. Pero podría haber salido complejo de inferioridad, paranoia y fobia, falta de deseo, adicción a la televisión, miedo a los compromisos, ahogarse en vasos de agua, etc. La ruleta de la infelicidad. Qué buena idea tuve. Y vaya paradoja, qué felicidad me da. Y no tengo vergüenza, no. Ahora vamos a terminar el programa y todos me van a felicitar: las autoridades del canal, la prensa, mis colegas, mis compañeros, mi público, la gente en la calle, mi familia. Todos me van a felicitar, y eso me va a hacer feliz y voy a sentir vergüenza. Por eso, en el corte me fui a un costado y no tiré de la ruleta de la infelicidad, no, tiré de mi ruleta mental, que dio vueltas, vueltas y más vueltas... ¿y saben qué?, en mi ruleta mental salió que no tengo vergüenza. APLAUSOS Y más allá de lo que piensen muchos, es una virtud no tener vergüenza. Por eso desde acá te voy a ayudar a sacarte la vergüenza. Si yo hubiera tenido vergüenza, jamás hubiera hecho televisión y muchos menos este programa. Muchas veces, la gente dice "me moriría de vergüenza si tuviera que estar delante de una cámara". Yo no. Yo no tengo de qué avergonzarme. En la vida todo me costó y mucho. Y me animé, fui "para frenchi" como dicen los chicos ahora. Por eso llegué hasta donde llegué y ojo que no quiero ser ejemplo de nadie, quiero ser todo esto que soy: excelente padre, hijo, hermano, hombre. Quiero ser este conductor de televisión que soy... ¡Minga conductor! ¡Minga animador! Soy tu amigo. Tu amigo que te invita a que nos encontremos otra vez aquí la semana que viene. MÚSICA SENSIBLE Si me dejás, voy a entrar a tu casa gracias a esta pantalla. Esta pantalla que muchos llaman caja boba pero a mí me parece fantástica. Esta pantalla que es parte de mi vida y que cambia y cambia y siempre es fenómena. Ahora, la modernidad trae pantallas planas. Al principio dije no. Para qué quiero semejante cosa. Estoy bien con lo que tengo. Pero me estaba mintiendo. Yo quería más pero tenía vergüenza. Por suerte, me saqué la vergüenza y fui por mi pantalla plana. Si la podía comprar, la podía comprar con plata que había hecho trabajando. La compré en efectivo pero la podría haber comprado en cuotas porque la compré en Super World, un mundo en un supermercado. Andá a Super World y cambiá tu vida, tu mundo No tengas vergüenza, comprate una pantalla plana la semana que viene nos encontramos. Chau, los quiero mucho.

MÚSICA FESTIVA

ENTRAN PRODUCTORES Y ABRAZAN AL CONDUCTOR. TAMBIÉN ENTRAN LOS PRIMEROS DOS PARTICIPANTES. EL QUE NO ES FELIZ QUEDA A UN COSTADO Y LA CÁMARA LO ENFOCA. SE LO VE EN BLANCO Y NEGRO

TÍTULOS

Libro: Ser feliz me da vergüenza y otros cuentos (2008).

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